Buen líder.
Ser un gerente o líder efectivo implica más que simplemente hacer que los empleados trabajen más duro o más eficientemente. Forzar a los empleados a trabajar de cierta manera puede generar resentimiento e incluso deslealtad, mientras que ser demasiado blando puede fomentar malos hábitos, pereza o aburrimiento. No existe un estilo de gestión «correcto», ya que cada empleado y empresa tienen perspectivas individuales.
Sin embargo, existen algunas formas de gestión que universalmente se consideran «incorrectas».
Las 10 reglas «doradas» para una gestión efectiva.
Sea consistente:
La consistencia es clave para el éxito de cualquier enfoque de gestión. Debe recompensar los mismos comportamientos cada vez que aparezcan, desalentar los mismos comportamientos y tratar a todos los miembros de su equipo con igualdad y sensatez.
Comunicación clara, precisa y detallada:
La comunicación efectiva con su equipo es fundamental. Al transmitir instrucciones, resumir reuniones o distribuir actualizaciones, busque la claridad, precisión y detalle en su comunicación. Esto se aplica a cualquier medio de comunicación, ya sea en persona, por correo electrónico o por teléfono.
Establezca metas de trabajo en equipo:
Si desea que los miembros de su equipo trabajen juntos, bríndeles metas comunes. Establecer metas solo para el departamento o para individuos fomenta una mentalidad limitada y aísla a los miembros del equipo. En cambio, proporcione un propósito y enfoque unificado para inspirar a todos a trabajar juntos.
Reconozca públicamente el trabajo duro:
Cuando un miembro de su equipo realice algo excepcional, recompénselo públicamente con un bono, un pequeño trofeo o un reconocimiento verbal. Hágalo frente al grupo para que el destinatario se sienta valorado y el resto del equipo vea que el trabajo duro es reconocido. Asegúrese de mantener la consistencia en sus recompensas para evitar cualquier percepción de favoritismo.
Sea un ejemplo:
Como gerente y líder, debe ser un ejemplo en términos de comportamiento. Si llega tarde, su equipo será menos puntual. Si pierde la compostura fácilmente, los demás también tendrán dificultades para controlar sus emociones. Esfuércese por ser el trabajador ideal y demuestre su compromiso, especialmente frente al equipo.
Evite la mentalidad de talla única:
Su equipo está compuesto por individuos con preferencias, fortalezas, debilidades e ideas únicas. Nunca utilice el mismo enfoque para motivar, alentar o moldear a todos. En lugar de eso, concéntrese en las personas y personalice su enfoque para adaptarse a cada uno.
Fomente la transparencia:
La transparencia muestra su integridad como líder y genera confianza con los miembros individuales de su equipo. Evite mentir o retener información, ya que esto podría perjudicar sus relaciones y el respeto que se le otorga como líder.
Anime a la participación y aportación de ideas:
Cuantas más personas participen activamente en las discusiones y aporten mejoras a la organización, mejor será. Nunca castigue a un miembro del equipo por expresar una opinión respetuosa, incluso si difiere de su visión original o no está completamente desarrollada. Cortar a alguien por expresar una opinión genera resentimiento y desalienta a las personas a compartir sus pensamientos.
Ayude a las personas a disfrutar del trabajo:
No es necesario tener mesas de billar o abolir los códigos de vestimenta para que el trabajo sea divertido. Puede hacer que el ambiente laboral sea más agradable con pequeños cambios, como salidas sorpresa para el almuerzo, una sala de descanso dedicada o simplemente mantener conversaciones informales con sus empleados. Ayude a su equipo a disfrutar de su trabajo y ellos responderán dando lo mejor de sí mismos.
Escuche y haga preguntas:
Si alguien no está de acuerdo con su estilo de gestión o no está satisfecho con la dirección de la empresa, no ignore a esa persona. Escuche y haga preguntas a todo su equipo. Este diálogo abierto facilita la identificación proactiva de problemas y el trabajo en conjunto para crear un entorno beneficioso para todos. Además, hará que sus empleados se sientan apreciados y reconocidos.
Conclusión.
Estas reglas de gestión permiten la aplicación de su propia «marca» personal de liderazgo y gestión. Son verdades y principios fundamentales que rigen una gestión efectiva, en lugar de un manual estricto de instrucciones para el éxito. Al mantenerse fiel a estos principios y adaptarlos a su estilo de gestión, unificará a su equipo en un entorno gratificante y productivo.
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